ESCUELA
ACADEMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGIA
SEXUALIDAD
HUMANA
‘‘DERECHO AL PLACER SEXUAL FEMENINO”
AUTORES:
·
ALBURQUERQUE OTINIANO,
LAURA.
·
AQUINO CUEVA, JOSELYN.
·
SOSA GIL, MAYRA.
DOCENTE:
· CARDENAS ANGULO, LENNIN
CICLO
ACADEMICO: II
SECCION:
2
TRUJILLO - 2015
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
1.1 ¿QUÉ
ES PLACER?
1.2
¿QUÈ ES PLACER SEXUAL?
1.3 ¿QUÈ
ES DERECHO AL PLACER?
1.4
SEXO Y SEXUALIDAD EN LA MUJER
1.5 PLACER SEXUAL FEMENINO
CAPITULO II
2.1 ORIGEN DE LOS DERECHOS SEXUALES
2.2 DERECHOS SEXUALES
2.3 SEXUALIDAD FEMENINA EN EL SIGLO XX.
2.4 LA EVOLUCIÓN DE LA SEXUALIDAD
FEMENINA
CAPITULO III
3.1 LA PRIMERA VEZ EN LA MUJER.
3.2 EL EROTISMO Y ZONAS ERÒGENAS
EN LA MUJER.
3.3 LA MASTURBACIÓN EN LA MUJER
3.3 LA MASTURBACIÓN EN LA MUJER
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
1. De acuerdo al portal Huffingtonpost.com, la masturbación femenina se define como la capacidad que tiene toda mujer de provocarse placer por sí misma a través de la estimulación de sus órganos sexuales o zonas erógenas. Es una forma de liberar el estrés y conocer su cuerpo.
2. Para masturbarse hay que tener creatividad, los especialistas recomiendan usar juguetes sexuales para estimular el clítoris, la vagina o el ano. Incluso, hay juguetes que estimulan todas las áreas al mismo tiempo lo que potencializa el placer.
3. La masturbación femenina deja de ser saludable cuando se convierte en una adicción o cuando se antepone a la intimidad en pareja.
4. Funciona como terapia en casos de anorgasmia, vaginismo (contracción de los músculos vaginales) y retardación del orgasmo, ya que algunos médicos recomiendan la autoestimulación antes de la penetración para que las mujeres vayan conociendo sus genitales y las sensaciones sexuales.
DEDICATORIA
A
nuestros queridos padres por el apoyo incondicional que nos han brindado.
AGRADECIMIENTO
Agradecemos
por su apoyo y motivación al profesor Lenin Cárdenas Angulo y a nuestras
compañeras que han colaborado con nosotras.
CAPITULO
- I
¿QUE
ES EL PLACER?
El
placer puede ser definido como una sensación o sentimiento positivo, agradable
o eufórico, que en su forma natural se manifiesta cuando un individuo
consciente satisface plenamente alguna necesidad: bebida, en el caso de la sed;
comida, en el caso del hambre; descanso (sueño), para la fatiga; sexo para la
libido; diversión (entretenimiento), para el aburrimiento; y conocimientos
(científicos o no científicos) o cultura (diferentes tipos de arte) para la
ignorancia, la curiosidad y la necesidad de desarrollar las capacidades. La
naturaleza suele asociar la sensación de placer con algún beneficio para la
especie y la Filosofía lo clasifica entre los tipos posibles de felicidad.
¿QUE
ES EL PLACER SEXUAL?
Cuando hablamos de placer sexual nos referimos a sensaciones de
disfrute, gusto, satisfacción que podemos experimentar en una relación
afectivo-sexual: placer de tener relaciones sexuales con la persona que
nos gusta, el de imaginar, fantasear, de sentirnos querido y queridas,
deseados y deseadas, el placer de besar, mimar, oler, oír.
En otras palabras, el placer sexual no es solamente el acto de
penetración del pene en la vagina sino la excitación que se puede sentir al ser
estimulado sexualmente. Podemos excitarnos por cosas que oímos, vemos, olemos,
saboreamos o tocamos. Pueden estar presentes en el mundo real, en nuestra
imaginación o en nuestros sueños. Podemos sentirnos muy excitados cuando
acariciamos nuestras zonas erógenas, cuando una pareja lo hace o cuando
acariciamos dichas zonas de una pareja. El placer sexual es importante
para la felicidad personal y la estabilidad de la pareja.
Existen infinitas situaciones, experiencias, objetos, estímulos,
personas que pueden resultarnos placenteros. Algunas son bastante comunes y
están influenciadas por la cultura, los mensajes sociales, los medios de
comunicación, pero en el fondo, lo que nos resulta placentero es una
experiencia única y personal: bailar pegaditos, una caricia más suave o más
intensa, el coito vaginal o anal, unas manos cálidas, el olor a colonia o el
olor corporal recién duchado, el sabor salado, el chocolate, una canción u
otra, un gesto, un masaje en las piernas, los besos, ver o sentir lo que me
gusta, un recuerdo, acariciar una zona u otra del cuerpo, masturbar, el sexo
oral…e infinidad de posibilidades más.
Aquello que nos resulta placentero, que despierta nuestro deseo, nos
llega a través de los sentidos (la vista, el gusto, el olfato, el oído y el
tacto) y es interpretado por nuestro cerebro. Por ejemplo: cada persona puede
disfrutar de distintas formas de las caricias; hay muchas maneras de
tocar y de ser tocados y tocadas, y con diferentes intenciones: un abrazo de
cariño, una palmada de ánimo, tocar el cuerpo para dar un masaje relajante,
tocar los genitales para llegar al orgasmo.
El placer sexual puede ser importante para la salud física y emocional y
el bienestar. Llevar una vida sexual saludable, con pareja o sin ella, está
relacionado con lo siguiente:
·
Mayor salud sexual y reproductiva
·
Mayor salud general
·
Mejor sueño
·
Menor estrés y tensión
·
Mayor autoestima
·
Una apariencia más juvenil
·
Mejor estado físico
·
Una vida más prolongada
Es lamentable que muchos de nosotros hayamos crecido escuchando sólo
acerca de los riesgos y los peligros que implica expresarnos sexualmente. Si
bien esos riesgos son reales, también es cierto que los juegos sexuales, con
pareja o sin ella, pueden ser una fuerza positiva y poderosa en nuestras vidas.
Nos ayuda a conectarnos con otras personas y a disfrutar del mundo.
¿QUE ES EL DERECHO AL PLACER?
Para Virginia Vargas (2009): “El placer forma parte de los derechos
sexuales y se considera fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y
espiritual”.
Hace 16 años se realizó la declaración de los derechos sexuales, durante
el XIII Congreso Mundial de Sexología, en Valencia, España, en 1997, la misma
que fue adoptada por la Asociación Mundial de Sexología (WAS). El documento se
convirtió en el primero en fijar metas integrales sobre las aspiraciones
éticas, morales y políticas de la mayor organización mundial de los
especialistas de la sexualidad.(Vargas, 2009)
El documento dice lo siguiente: Los derechos sexuales son derechos
humanos universales basados en la libertad inherente, dignidad e igualdad para
todos y todas. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud
sexual debe ser un derecho humano básico.(Vargas, 2009)
Para Teresa Valdés (2007) es importante conocer y defender nuestros
derechos sexuales y reproductivos, ella hace mención a esto: “La salud sexual,
es la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y
sociales del ser sexual de una manera que sea positivamente enriquecedora y desarrolle
la personalidad, la comunicación y el amor. Por esta razón, el concepto salud
sexual extraña un enfoque positivo de la sexualidad humana, en tanto que el
objetivo de la atención de la salud sexual debe ser el desarrollo de la vida y
de las relaciones personales, y no meramente el asesoramiento y la atención en
materias de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual. Entonces, los
derechos sexuales serían los derechos a disfrutar de esa plena salud sexual…”
además dice “…las consecuencias que tiene el orden cultural de género en las
relaciones de poder y en las diferencias de acceso y ejercicio de los derechos
de mujeres y hombres a lo largo de su vida, desde la propia niñez, en cuanto a
este plano de la salud sexual y reproductiva.”
Para asegurarnos que los seres humanos de las sociedades desarrollen una
sexualidad saludable, los derechos sexuales siguientes deben ser reconocidos,
promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades de todas las
maneras. La salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y
ejerce estos derechos sexuales:
El
derecho a la libertad sexual:
La libertad sexual abarca la posibilidad de los individuos de expresar
su potencial sexual. Sin embargo, esto excluye todas las formas de coerción sexual,
explotación y abuso en cualquier tiempo y situaciones de la vida.(Vargas, 2009)
El
derecho a la privacidad sexual:
Este involucra el derecho a tomar decisiones individuales y conductas
sobre la intimidad siempre que ellas no interfieran en los derechos sexuales de
otros / otras.(Vargas, 2009)
El
derecho a la autonomía sexual, integridad sexual y seguridad del cuerpo sexual:
Este derecho involucra la habilidad de tomar decisiones autónomas sobre
la vida sexual dentro de un contexto de la propia ética personal y social.
También incluye el control y el placer de nuestros cuerpos libres de tortura,
mutilación y violencia de cualquier tipo.(Vargas, 2009)
El
derecho al placer sexual:
El placer sexual incluyendo el autoerotismo, (masturbación) es una fuente
de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.(Vargas, 2009)
El
derecho a la libre asociación sexual:
Significa la posibilidad de casarse o no, de divorciarse y de establecer
otros tipos de asociaciones sexuales.(Vargas, 2009)
El
derecho a hacer opciones reproductivas, libres y responsables:
Esto abarca el derecho para decidir sobre procrear o no, el número y el
tiempo entre cada uno, y el derecho al acceso a los métodos
anticonceptivos.(Vargas, 2009)
El
derecho a la educación sexual comprensiva:
Este es un proceso que dura toda la vida, desde el nacimiento y debería
involucrar a todas las instituciones sociales.(Vargas, 2009)
El
derecho a la equidad sexual:
Este derecho se refiere a la oposición a todas las formas de
discriminación y violencia, independientemente del sexo, género, orientación
sexual, edad, raza, clase social, religión o invalidez física o
emocional.(Vargas, 2009)
El
derecho a la expresión sexual emocional:
La expresión sexual es más que el placer erótico en los actos sexuales.
Cada individuo tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la
comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.(Vargas, 2009)
El
derecho a la información basada en el conocimiento científico:
La información sexual debe ser generada a través de un proceso
científico y ético y difundido en formas apropiadas en todos los niveles
sociales.(Vargas, 2009)
El
derecho al cuidado de la salud sexual:
El cuidado de la salud sexual debe estar disponible para la prevención y
el tratamiento de todos los problemas, preocupaciones y desórdenes
sexuales.(Vargas, 2009)
Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la
libertad, dignidad e igualdad para todos y todas.
El alcance de los derechos sexuales puede decirse que son aquellos que permiten regular y tener control autónomo y responsable sobre todas las cuestiones relativas a la sexualidad, sin ningún tipo de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia.
Para las mujeres los derechos sexuales tienen un especial significado, pues involucran el derecho a ser tratadas como personas integrales y no como seres exclusivamente reproductivos y a ejercer la sexualidad de manera placentera sin que ésta conlleve necesariamente un embarazo.
El alcance de los derechos sexuales puede decirse que son aquellos que permiten regular y tener control autónomo y responsable sobre todas las cuestiones relativas a la sexualidad, sin ningún tipo de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia.
Para las mujeres los derechos sexuales tienen un especial significado, pues involucran el derecho a ser tratadas como personas integrales y no como seres exclusivamente reproductivos y a ejercer la sexualidad de manera placentera sin que ésta conlleve necesariamente un embarazo.
Estos
derechos se apoyan básicamente en:
·
La capacidad de hombres y mujeres de disfrutar de relaciones sexuales
satisfactorias.
·
La ausencia de toda clase de violencia, coacción o abuso.
·
El acceso a servicios de salud sexual que permitan atender y prevenir
las infecciones, dolencias y enfermedades que afecten el ejercicio placentero
de la sexualidad, incluidas las de transmisión sexual y el VIH/Sida.
·
La posibilidad de separar el ejercicio de la sexualidad, de la
reproducción.
RECONOCE CADA PARTE DE TU CUERPO,
¡PUEDES DISFRUTAR!
Tu cuerpo es un
organismo vivo, lleno de terminales nerviosas y centros de placer, tienes
el derecho a disfrutar de las sensaciones que tu cuerpo te provea, sin
restricciones y en plena libertad. La autoexploración es una opción interesante
y saludable para reconocer tu cuerpo y determinar qué es lo que más disfrutas.
ERES LIBRE DE DECIDIR CON QUIÉN
RELACIONARTE
Elegir con quién
relacionarte o no hacerlo es tu derecho, nadie debe coaccionarte o presionarte
para tener no solamente relaciones sexuales sino cualquier vínculo que tú no
desees.
Puedes desde la
autonomía decidir a quién dejas entrar en tu espacio íntimo y a quién expulsar
de éste, cuando así lo consideres.
PUEDES EMPRENDER LA RETIRADA HASTA EN EL
ÚLTIMO MOMENTO
Una de las mayores
enseñanzas que me dio mi madre y que me parece apropiado compartir contigo
es el derecho a cambiar de opinión, ella sabiamente me dijo: “…no importa si a punto de culminar el acto
sexual en el último momento y por las razones que sean decides suspenderlo, es
tu derecho vital el irte sin culpa o sanción alguna…” Si no te sientes
cómoda o te das cuenta que en realidad no es lo que estabas buscando puedes de
manera elegante, educada y asertiva, cruzar la salida sin remordimiento.
IDENTIFICAR Y DELIMITAR TUS DESEOS PASIONALES
TE AYUDARÁ A TOMAR MEJORES DECISIONES
Además de ser sexual
también eres un ser psicoafectivo y como tal tienes el derecho a determinar qué
tipo de situaciones pueden afectarte emocionalmente, para prevenir cualquier
desgaste innecesario, determina cuáles son tus valores y límites personales,
con un esquema bien elaborado sobre lo que deseas y lo que rechazas, podrás
definir con mayor claridad hasta donde estás dispuesta a llegar sin lesionarte.
UN VERDADERO CABALLERO LO ES DENTRO Y
FUERA DE LA ALCOBA
El intercambio sexual no
solamente tiene que ver con el roce de los cuerpos, existe innegablemente una
situación adyacente que incluye la convivencia humana y dentro de esta siempre
hay espacio para las consideraciones amables y la caballerosidad.
Si el suertudo al que
elegiste no tiene la capacidad de tratarte con el respeto adecuado (o no
quiere), entonces puedes amablemente despacharlo y dejar el lugar libre para
alguien que si te merezca y te valore.
EL DERECHO A PROTEGERTE FÍSICA Y
EMOCIONALMENTE
LAS MUJERES CON ESTILO SE PROTEGEN
Tu salud es importante,
el uso del preservativo como medio de prevención es tú derecho y debes
ejercerlo. Pero la autoprotección va más allá de la cuestión física, también
involucra la cuestión emocional:
En las relaciones
pasajeras o de prueba, el contacto físico y la convivencia en ocasiones
evoluciona hacia el amor, hay situaciones afortunadas donde los sentimientos
son bilaterales, pero cuando el amor surge solo en uno de los integrantes, el
que ama está en desventaja, porque el hecho de abrir el corazón le vuelve
vulnerable.
Esto también aplica para
las parejas formales y estables, cuando no hay equilibrio y uno se entrega
totalmente cuando el otro no lo hace, la armonía se rompe y es cuando surgen
las disputas. Por ello mantener la ecuanimidad para saber si quedarte o
retirarte incluso aunque el amor te tenga dopada te ayudará a prevenir el
sufrimiento a largo plazo.
EXPRESARTE SIN RESERVAS EN LA INTIMIDAD
TE AYUDARÁ A DISFRUTAR MÁS
En la cultura mexicana a
las mujeres no se les educa para decir las cosas de frente y sin rodeos, además
el machismo y los introyectos sociales tampoco les permite si quiera pensar en
sexo.
Es tiempo de romper con
estos constreñidos paradigmas innecesarios: tú tienes la capacidad de
comunicarte asertivamente. Expresar tus ideas, sentimientos y sensaciones con
pericia y honestidad, te permitirá interactuar con tu pareja con mucha mayor
destreza y libertad. Atrévete a decir que quieres y que no quieres, es tu
derecho.
EL DERECHO A LA RESERVA
TU
DECIDES SI COMPARTIR O NO TU HISTORIA SEXUAL
Tu vida sexual es tuya y
de nadie más, cuantas parejas o con quienes has estado es tú información
privada y como tal puedes elegir si la compartes o no, nadie debe coaccionarte
o chantajearte y mucho menos catalogarte por tus elecciones.
Tu valor radica en el
simple hecho de existir y nunca por ninguna circunstancia puede estar
determinado por tu actividad sexual.
EL DERECHO A LA SENSUALIDAD
TÚ
DECIDES QUE PONERTE
Vestirte (o desvestirte)
de la manera que mejor te acomode es tu derecho, verte bella y atractiva para
ti y si lo deseas para alguno en especial es parte del ejercicio de tu libre
albedrío.
Si alguien intenta
transgredir tu espacio personal al exigirte cierto tipo de indumentaria, ya sea
para enseñar lo que no deseas o para ocultar lo que a ti te gusta, o bien si
expresa algún comentario degradante de tu cuerpo o tu personalidad,
definitivamente esa persona no merece tu compañía.
SEXO Y SEXUALIDAD EN LA MUJER
Qué sabes acerca del
sexo? ¿Qué sabes acerca de la sexualidad? Escuchamos acerca del sexo y la
sexualidad casi todos los días; no obstante, gran parte de lo que escuchamos es
inexacto y confuso. Una comprensión básica del sexo y la sexualidad puede
ayudarnos a distinguir entre mito y realidad y permitir que todos disfrutemos
más en nuestras vidas.
Todos somos seres
sexuales. Lo somos desde el día en que nacemos y hasta que morimos. Nuestra
sexualidad influye en nuestra personalidad y en la forma en que nos expresamos
como seres sexuales.
Nuestra sexualidad
incluye:
*Nuestro cuerpo,
incluida nuestra anatomía sexual y reproductiva
*Nuestro sexo biológico:
masculino, femenino o intersexual
*Nuestro género: niña,
niño, mujer, hombre o transgénero
*Nuestra identidad de
género: sensación de comodidad y sentimientos sobre nuestro género
*Nuestras orientaciones
sexuales: heterosexual, homosexual o bisexual
*Nuestros impulsos
sexuales
*Nuestra identidad
sexual: cómo nos sentimos con respecto a nuestro sexo, género y orientación
sexual
Las formas en que
experimentamos y expresamos nuestra sexualidad incluyen:
*Nuestra imagen
corporal: cómo nos sentimos con nuestro cuerpo
*Nuestros deseos,
pensamientos, fantasías, placer sexual, preferencias y disfunciones sexuales
*Nuestros valores, actitudes,
creencias e ideales sobre la vida, el amor y las relaciones sexuales
*Nuestras conductas
sexuales: las maneras en que tenemos sexo, incluida la masturbación
Nuestra sexualidad y las
formas en que la experimentamos y expresamos están influidas por:
*Nuestra biología
*Nuestra vida emocional
*Nuestra vida familiar
*Nuestra cultura y
posición cultural
*Nuestra educación y
experiencia ética, religiosa y espiritual
Aun cuando vivimos como
seres sexuales, es normal tener muchas dudas acerca del sexo y la sexualidad. Y
esto es bueno, porque cuanto más sabemos sobre el sexo y la sexualidad, seremos
más capaces de ocuparnos mejor de nuestras vidas sexuales y salud sexual.
PLACER
SEXUAL FEMENINO
En los años 50, el
ginecólogo Ernest Gräfenberg reveló la existencia del punto G, aunque años más
tarde con ayuda de la investigación de grupos feministas- se descubrió que el
clítoris es el órgano sexual con mayor capacidad de estimulación en la mujer y
que la mujer es potencialmente multiorgásmica.
Además, se reconoció que
el erotismo es diferente en cada mujer y que el cerebro es el principal órgano
del placer, ya que se encarga de procesar los estímulos que provienen tanto del
cuerpo como de la mente.
El autoerotismo, o la
masturbación, reconocido como derecho sexual, se convirtieron en la
recomendación fundamental de los sexólogos para entender el goce propio, junto
a la imaginación y las fantasías.
Muchas de las tendencias
en la respuesta sexual femenina se conocieron gracias al trabajo de William H.
Master y Virginia Jonson, que revolucionaron el campo de la sexología en los
años70.
Se pudieron establecer
algunas tendencias generales en la respuesta sexual femenina, aunque no son
necesariamente universales.
Especialistas indican
que la respuesta sexual en las mujeres está particularmente asociada a
recuerdos, a fantasías y sensaciones ligadas a su parte emocional, y a lo
táctil, mientras que en los hombres está más ligada a imágenes visuales.
En relación a las zonas
especialmente sensibles, muchos rescatan a los pezones, el clítoris, los labios
y los costados del cuerpo, aunque las zonas erógenas varían de mujer a mujer.
Expertos sostienen
también que la mujer tiende a responder a una estimulación continua. Se
determinó que el tiempo de excitación de la mujer es más largo que el del
hombre y que necesita de una fase de deseo inicial, en base a fantasías y la
corporalidad del otro, más prolongada.
También se precisó que
la mujer es sexualmente activa durante toda su vida, muchas mujeres mayores
mantienen su capacidad coital natural por tiempo indefinido, siempre que el
coito se practique con regularidad.
CAPITULO II
2.1 ORIGEN DE LOS DERECHOS SEXUALES
La denominación “derechos reproductivos” tiene un
origen reciente: fue adoptada en la Reunión Internacional sobre Mujeres y Salud
en Amsterdam (1984). Se podría tomar este hecho como el comienzo de una larga
marcha del movimiento de mujeres a nivel mundial para ampliar los alcances del
concepto de derechos humanos.
Casi una década después, en 1993 en, en la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos que se realizó en Viena, los Estados
aceptaron considerar como una violación a los derechos humanos a toda violación
de los derechos específicos de las mujeres. La iniciativa y participación de
las mujeres en esta Conferencia produjo un cambio trascendental en la teoría de
los derechos humanos, pues se estableció que los derechos humanos pueden
disfrutarse tanto en lo público como en lo privado y por lo tanto, pueden
violarse en ambos ámbitos. Allí se definió que los derechos humanos son
universales, interdependientes e indivisibles.
En varias instancias internacionales, luego de
Viena, las mujeres participaron aportando sus investigaciones, propuestas y
reclamos, con el objetivo de afirmar y desarrollar lo ya conquistado: en 1994
en El Cairo, en 1995 en Beijing, además de participar en redes regionales e
internacionales, foros de ONG, etc.
En este proceso se ha ido revisando y ampliando el
concepto de derechos humanos. Su agenda había estado limitada a los abusos del
Estado, desconociendo otros ámbitos. Por lo tanto se pone en discusión la
ampliación y redefinición del contrato social, contrato en el que
históricamente las mujeres no estuvieron presentes, ni en sus definiciones ni
en su condición de sujetos políticos. La diferencia fue siempre interpretada
como carencia y su resultado fue la desigualdad, una desigualdad que requería
tutela.
Ha sido y es un camino de progreso, pero también de
tensiones. En el Tercer Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea
General, conocido como “La Mujer en el año 2000: Igualdad, Desarrollo y Paz en
el Siglo XXI”, se hizo el balance de la implementación de las recomendaciones
de la Plataforma de Acción de Beijing (PAM o Beijing + 5). Allí hubo tensiones,
pues grupos conservadores intentaron impedir la adopción de un documento final.
A pesar de las dificultades, Beijing + 5 cerró un
ciclo intenso de legitimación y visibilidad del debate sobre aborto inseguro en
el plano global. A partir de allí las tensiones se expresarán básicamente en
los planos nacionales. Las instancias internacionales comprometen a los Estados
que las suscriben, pero esto no es suficiente. Las naciones deben aprobar la
normativa necesaria para habilitar el cumplimiento de los compromisos asumidos,
los que aún no son respetados en gran parte de los países firmantes.
En estos momentos hay nuevas circunstancias
políticas globales que inciden en el debate sobre salud reproductiva e
interrupción del embarazo. El Congreso norteamericano ha hecho esfuerzos para
incluir una cláusula de condicionalidad en relación a los recursos de
cooperación para el desarrollo, que apunta a impedir el acceso a esos recursos
a organizaciones relacionadas de alguna forma con la interrupción del embarazo.
Los financiamientos de USAID están limitados por esa condicionalidad, lo que
tiene efectos políticos regresivos dentro de los países receptores de fondos de
esa agencia. A esta presión se suman grupos antiaborto y sectores conservadores
de algunas iglesias, lo que pone sobre el tapete el debate sobre laicidad y
democracia y la necesidad de revaluar la relación entre la religión y el
Estado.
Es relevante, en este contexto, el Proyecto de Ley
de Defensa de la Salud Reproductiva de Uruguay, que ya tiene media sanción
parlamentaria. Su importancia radica en la forma integral que encara la salud
reproductiva y por la discusión que promueve a nivel regional en las
circunstancias políticas antes mencionadas.
2.2 DERECHOS SEXUALES
Los derechos sexuales o el derecho a la sexualidad
hacen referencia al derecho humano reconocido a expresar la propia sexualidad
sin discriminación por motivos de orientación sexual. El derecho a la
sexualidad reconoce el derecho la libertad de orientación sexual de las
personas y su diversidad, ya sea esta heterosexual, homosexual (lesbianas,
gays, bisexuales y personas transgénero) (LGBT) así como la protección de esos
derechos. El derecho a la no discriminación es la base del derecho a la
sexualidad, pero está estrechamente relacionado con el ejercicio y la
protección de otros derechos humanos fundamentales. Junto a los principios que
se recogen en la legislación internacional sobre derechos humanos los derechos
sexuales y el derecho a la sexualidad también aparecen reflejados en las
declaraciones de la ONU sobre los derechos reproductivos y salud reproductiva.
2.3 SEXUALIDAD FEMENINA EN EL SIGLO XX.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se reforzó el ideal femenino
de la mujer como reina del hogar, identificada con la virgen María, reina de
los cielos y madre de Cristo. Esta «angelización» de la mujer le permitió
ocupar el trono del hogar a cambio de practicar virtudes como la castidad, la
abnegación y la sumisión. La maternidad era reivindicada como la función
femenina por excelencia, pero dejando absolutamente claro que el acto reproductivo
nada tenía que ver con el disfrute de la sexualidad. Este ideal femenino
continuó, en lo fundamental, vigente durante la primera mitad del siglo XX. Sin
embargo, las necesidades de una sociedad burguesa en camino hacia la
modernización, requerían que la mujer asumiera tareas prácticas y eficaces. La
Iglesia le asignó la misión de disciplinar al esposo y educar a los hijos en
valores católicos, pero a los tiempos funcionales en el nuevo modelo
capitalista. Virtudes como el trabajo, la honradez, la responsabilidad, el
ahorro y la limpieza debían ser transmitidas por las mujeres en su hogar. así
mismo, los discursos médicos e higiénicos, que se difundían en numerosos
manuales de higiene, pedagogía doméstica, puericultura y urbanidad que
circulaban en las primeras décadas del siglo XX, le asignan a la mujer el rol
de enfermera del hogar, responsable de la salud y productividad de todos sus
miembros. En esos manuales se le adiestraba en el cuidado de los niños, la
higiene del hogar, preparación de los alimentos y en la importancia de imponer
hábitos de higiene y urbanidad sobre la prole. En síntesis, la economía del
hogar, las tareas domésticas, la educación y disciplinamiento de los hijos, la
integridad moral de todos los miembros de la familia, los cuidados de salud e
higiene fueron todas tareas femeninas elevadas a la categoría de oficio bajo el
título de «ama de hogar».
Las mujeres de las élites
urbanas no sólo debían cumplir estas tareas en sus propios hogares, sino que
debían convertirse en una especie de misioneras sociales que se encargaran de
moralizar a las mujeres y a los niños de los sectores pobres. Su acción debía
dirigirse, principalmente, a las obreras que surgen como grupo social en las
ciudades donde se inició la industrialización. Son estas señoras y señoritas
quienes, en compañía de sacerdotes y comunidades religiosas, en particular los
Jesuítas y las Hermanas de la Caridad o de la Presentación, se dedican a
organizar en distintas ciudades patronatos para obreras, asociaciones católicas
femeninas tales como las Hijas de María y las Madres Católicas, u obras de
beneficencia como casas para jóvenes desamparadas, sala-cunas, hospicios,
clínicas infantiles, talleres de trabajo y escuelas dominicales donde se
preparaban los niños pobres para la primera comunión. Estas actividades
permitieron a las mujeres de los sectores pudientes trascender el espacio
doméstico y tener papel destacado en sus respectivas localidades.
A medida que avanzaba el siglo y los procesos de modernización, la mujer
ocupó, cada vez con mayor insistencia, nuevos espacios. Su presencia se hizo
habitual en el teatro, las salas de cine, los salones de té y aun en los clubes
sociales, en los cuales, a principios del siglo, sólo se permitía la presencia
masculina. Durante los años 20, y como consecuencia del impacto de la primera
Guerra Mundial en los roles femeninos, sectores de mujeres de la sociedad local
que tenían oportunidad de viajar al exterior o de leer y estar en contacto con
publicaciones europeas adoptaron actitudes y comportamientos que se
distanciaban del ideal femenino convencional. La moda se hizo mucho más
sofisticada, se suprimió el uso del corset, permitiendo mayor libertad de
movimiento en el cuerpo femenino, el largo de la falda se recortó de forma
notable exponiendo a la vista las piernas, el cabello se llevó corto y se
impuso el maquillaje. La coquetería reemplazó las actitudes de modestia y
pudor, y entre los sectores femeninos de la élite se fue extendiendo la
práctica de deportes como el patinaje, el básketbol y la natación. Numerosas
publicaciones católicas que existían en las ciudades y que iban dirigidas ante
todo a las amas del hogar, en particular La Familia Católica de Medellín,
expresaron airadas protestas contra estas nuevas actitudes femeninas. Los puntos
centrales de ataque fueron las «malas lecturas», el cine, la moda escandalosa,
la práctica de deportes y los bailes. Todas estas actividades, según la
Iglesia, alejaban a la mujer del hogar y de la misión que se le había asignado.
Indudablemente la influencia del American way of life que se reflejaba en el
cine, las revistas y la publicidad, tuvo un fuerte impacto en la vida femenina
cuando las ideas de confort, libertad y gusto por lo moderno se fueron
imponiendo.
2.4 LA EVOLUCIÓN DE LA SEXUALIDAD
FEMENINA
Aunque existe gran diversidad, dependiendo del tipo de sociedad
-matriarcado, patriarcado, cazadores recolectores, agrícola, etc- y de la
filiación, puede decirse que desde la prehistoria, las mujeres, como los
varones, han asumido un papel cultural particular normalmente diferenciado. En
sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que
recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la
carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la
mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron
las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras
agricultoras
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, una trabajadora labra piezas
en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft
Corporation en Fort Worth, Texas, Estados Unidos. La incorporación de la mujer
a trabajos tradicionalmente masculinos durante la Primera y Segunda Guerra
Mundial ante la ausencia de varones que estaban en el frente fue un paso
decisivo para la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo.
En la Edad Media, los autores masculinos, pertenecientes a una estirpe,
religiosos, tratadistas laicos y sobre todo, predicadores, hablaron de las
condiciones y conductas que les exigen a las niñas, a las jóvenes y a las
mayores. La conducta femenina fue pautada para cada momento y situación de la
vida. Casi siempre la edad corresponde a un estado civil y a una función de
acuerdo a ella. Tal es así que la mujer se representaba en la imagen de la
novia, la prometida, la casada, la viuda, es decir, siempre ligada
inexorablemente a un varón que debía responsabilizarse de ella y su conducta.
El papel más importante atribuido a la mujer era el de esposa y madre.
En la historia reciente, las funciones de las mujeres han cambiado
enormemente. La burguesía trajo consigo una nueva concepción de la familia
donde la mujer desempeñaba un papel restringido al hogar. Hasta entonces la
mujer había participado, aunque de modo distinto al hombre, en tareas de
aprovisionamiento y trabajo para la supervivencia familiar fuera del domicilio
u hogar. Las funciones sociales tradicionales de las mujeres de la clase media
consistían en las tareas domésticas, acentuando el cuidado de niños, y no
solían acceder a un puesto de trabajo remunerado. Para las mujeres más pobres,
sobre todo entre las clases obreras, esta situación era a veces un objetivo, ya
que la necesidad económica las ha obligado durante mucho tiempo a buscar un
empleo fuera de casa, aunque las ocupaciones en que se empleaban
tradicionalmente las mujeres de clase obrera eran inferiores en prestigio y
salario que aquellas que llevaban a cabo los varones. Eventualmente, el liberar
a las mujeres de la necesidad de un trabajo remunerado se convirtió en una
señal de riqueza y prestigio familiar, mientras que la presencia de mujeres
trabajadoras en una casa denotaba a una familia de clase inferior.
En la antigua griega la mujer ni se miraba. Las mujeres no tenían
derecho a nada. Los matrimonios eran arreglados por las familias. El único
trabaja de la mujer era tener hijos. No tenían derecho al voto y ninguna voz
propia con asuntos de la casa o la familia. Las mujeres de roma, al otro lado,
tenían muchas más libertad. Las mujeres, se consideraban como la mano izquierda
de los maridos.
La mujer española durante la conquista de América, viajaba con su esposo
o si no llegaba lo pronto posible, a su localización. Para el hombre, estar
casado era un beneficio; se respetaba a los hombres casados con hijos.
Igualmente para la mujer era un beneficio, especialmente si estuviera con un
hombre de alto título, entonces ella andaba con riquezas y poder. Cuando los
conquistadores se iban a misiones, las que se encargaban de mantener las cosas
corriendo en los territorios conquistados eran las mujeres españolas. Estas
mujeres aportaron grandemente al proceso de la conquista de América.
Las mujeres nativas y africanas, se consideraban mujeres guerreras y
ayudantes en el periodo de conquista. Los conquistadores españoles se
enfrentaban a estas mujeres poderosas durante sus invasiones. No se echaban
para atrás al momento de batallar a los europeos contra sus armas. En lo
contrario la estrategia de los europeos fue, utilizar a las mujeres españolas para
controlar las sociedades nativas y a la misma vez empezar la transmisión
cultural. El pensar era que los hombres guerreros no iban a rebelarse estando
mujeres y niños presentes.
En el Siglo XIX, se ve la transformación de la mujer. En la parte
social, política y económica. En esta etapa se fueron moviendo más las
feministas para la igualdad de género. Las mujeres en países de primer mundo,
recibieron libertad en el sentido de expresión hasta poder ser parte del mundo
laboral. En 1979, se aprobó la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer. Este evento, aprobado por la Asamblea de
Naciones Unidas, fue un logro para las mujeres quienes lucharon por sus
derechos en la sociedad. La mujer a través de la historia ha tenido que combatir
muchos problemas. Con los siglos los derechos, roles y estereotipos de las
mujeres han evolucionado; desde la Edad Media hasta el Siglo XX1. Los derechos
humanos de la mujer, define la discriminación contra la mujer como "toda
distinción, exclusión o restricción basada en el sexo.
FEMINISMO
El movimiento feminista ha perseguido el reconocimiento de la igualdad
de oportunidades y la igualdad de derechos para las mujeres. Las dificultades
para obtener este reconocimiento se han debido a factores históricos, en
combinación con las costumbres y las tradiciones sociales. Actualmente, debido
a los cambios económicos, el apoyo del poder económico y las reivindicaciones
del movimiento feminista y otros movimientos de derechos humanos, las mujeres
tienen acceso a carreras profesionales y trabajos similares a los de los
hombres en la mayor parte de las sociedades. En muchas sociedades modernas las
mujeres tienen plena igualdad jurídica tanto en el ámbito laboral como en el
familiar, pudiendo ser cabezas de familia, detentar cargos altos tanto en
política como en grandes empresas. Así que se podría decir que las condiciones
de las mujeres han mejorado.
Algunas corrientes feministas cambian constantemente el significado de
la palabra mujer, entendiéndose que la categoría mujer esta estrechamente
vinculada a la expresión de genitalidad, por lo que frecuentemente se presupone
que mujer es aquella cuya expresión gonádica es igual a XX. Esta articulación
discursiva se soporta sobre fundamentos biológicos y esencialistas. La
naturalización del concepto impide su cuestionamiento, dogmatizándolo. Sin
embargo, desde diferentes corrientes feministas, esto ha sido criticado. El rol
sexual y el ejercicio de la sexualidad son en sí mismo, construcciones
socioculturales motivadas por un mecanismo de control social, y de una
reproducción de las estructuras de poder. Además, la categoría mujer se
conceptualiza en tanto que opuesta a la categoría hombre, formando así un
binomio, mutuamente excluyente, a partir del cual se articula la distinción de
sexo (femenino - masculino, respectivamente). En esta situación existe opresión
social cuando las personas no reproducen los esquemas preestablecidos de
acuerdo a lo esperado, limitando la diversidad sexual, omitiendo y dejando al
margen fenómenos como la transexualidad y la intersexualidad.
La bañista, pintura de William Bouguereau, 1870. La representación de la
mujer a lo largo de la historia permite apreciar el rol social que ocupaba en
cada época y el ideal de mujer, habitualmente asociado exclusivamente a la
belleza, la sensibilidad, la sensualidad y la maternidad. En el cuadro de
Bouguereau la entonces valorada blanca desnudez del cuerpo femenino se muestra
durante el aseo.
SUFRAGIO FEMENINO
El sufragio femenino ha sido garantizado y revocado, varias veces en
varios países del mundo. En muchos países, el sufragio femenino se ha
garantizado antes que el sufragio universal; así, una vez concedido éste, a
mujeres y varones de ciertas razas, aún se les seguía negando el derecho a
votar.
El primer sufragio femenino, con las mismas características propias que
el masculino, se garantizó en Nueva Jersey en 1776, aunque rescindió en 1807.
Pitcairn garantizó el sufragio femenino en 1838. Varios países y estados
garantizaron un sufragio femenino restringido en la segunda mitad del siglo
XIX, empezando por Australia del Sur en 1861. El primer sufragio femenino sin
restringir, en lo que a derecho a votar se refiere, ya que a las mujeres no se
les permitía presentarse a elecciones, se garantizó en Nueva Zelanda en 1893.
La primera mujer en ejercer formalmente el derecho al voto político en
América Latina fue Matilde Hidalgo de Procel en 1924, en la ciudad de Loja,
convirtiendo al Ecuador en el primero de la región que permitió el voto
femenino. Sin embargo no se descarta anteriores brotes de lucha por la
participación de la mujer en la política. Seguramente Matilde Hidalgo de
Prócel, quien además sería la primera mujer en recibirse de una carrera
universitaria y doctorarse en medicina en el Ecuador, abrazaría la influencia
de un importante movimiento femenino chileno por el derecho al sufragio que
"apoyándose en la resolución del ministro Zenteno, se inscribió para votar
por Benjamín Vicuña Mackenna en las elecciones presidenciales de 1876. Al calor
de la campaña antioligárquica de este candidato, las mujeres reclamaron el
derecho a sufragio y, a pesar de la negativa de las autoridades, alcanzaron a
inscribirse en La Serena.".
LOS DERECHOS LEGALES DE LAS MUJERES EN
LA HISTORIA
A lo largo de la historia, en la mayoría de las culturas, las mujeres
han sido sometidas a estructuras patriarcales que les han negado los derechos
humanos más fundamentales. Las leyes antiguas y los sistemas tradicionales,
como el cristianismo y el islamismo, antecedentes de los sistemas modernos, han
provocado la dependencia de la mujer, de forma análoga a la esclavitud, a la
explotación de las clases desfavorecidas y a la mano de obra.
Una de las razones podría ser el fortalecimiento y sostenimiento del
poder y de la actividad económica y de igual forma se evidencia que quienes
resultan sometidos son vistos, por los explotadores, como seres inferiores,
inmaduros, infantiles, malvados o depravados. (Véase el artículo Prejuicio
cognitivo)
La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue un
texto redactado en 1791 por Olympe de Gouges21 22 parafraseando la Declaración
de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, el texto
fundamental de la revolución francesa. Es uno de los primeros documentos históricos
que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o
la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones.
LA MUJER Y LA LEY
En algunos países la mujer ha tardado muchos siglos en conseguir
igualdad, aunque solo sea teórica, ante la ley. Y aun cuando la ley hable de
igualdad, suele haber un gran abismo entre la teoría y la práctica.
La publicación de las Naciones Unidas titulada The World’s
Women—1970-1990 dice: “Esta brecha [en la política gubernamental] ha quedado
recogida en gran parte en las leyes que niegan a la mujer la igualdad con el
varón en lo que respecta a sus derechos de tenencia de tierras, solicitud de
préstamos y firma de contratos”. Una mujer de Uganda declaró: “Seguimos siendo
ciudadanas de segunda clase o detercera clase más bien, pues nuestros hijos
varones van delante nuestro. Hasta los burros y los tractores reciben a veces
mejor trato”.
CAPITULO III
3.1 LA PRIMERA VEZ EN LA
MUJER
a primera vez que una mujer se entrega sexualmente a
un hombre es una experiencia importante en su vida, que puede condicionar su
manera de vivir la sexualidad posteriormente, así que estará bien que el hombre
tenga en cuenta algunos factores físicos y psíquicos de ella.
El hombre debe conocer la existencia del himen en la
entrada vaginal. Es una membrana a veces frágil a veces más recia, a
menudo porosa o claramente agujereada por la que puede salir al exterior
el sangrado de la menstruación, pero que casi siempre se romperá en la primera
penetración.
De todos modos hay variaciones individuales, así que
un himen intacto no siempre es indicio de virginidad y un himen ya roto o
ausente no siempre responde a que la mujer ha tenido ya relaciones sexuales.
Es frecuente que el “desvirgamiento” produzca un
sangrado, desde ligero a abundante, y que deje algo de molestia durante unas
horas (escozor, calor, sensación de inflamación) para desaparecer después.
Es importante que la mujer esté dispuesta para su
primera penetración y que el hombre se acerque a ella con delicadeza.
Hace falta que ella esté relajada y sin temores,
porque si sus músculos están tensos, involuntariamente puede "cerrar"
la entrada vaginal y sentir la penetración como dolorosa.
Cuando la mujer se excita segrega jugos en su vagina,
que favorecerán la penetración. Nunca se debe intentar el coito si ella no está
bien húmeda y lubricada.
Hay que tener en cuenta que la mujer espera un
acercamiento emocional, no solo físico. Palabras suaves y cariñosas, besos,
abrazos y caricias por todo el cuerpo llevarán sus pezones y su clítoris
a la erección.
El clítoris es el órgano sexual de la mujer, todas sus
sensaciones tienen ahí su inicio y su culminación, así que estará bien
acariciarlo para darle placer y llevarla a desear ser penetrada.
La posición más recomendable será la del hombre
tendido boca arriba y ella encima en cuclillas o de rodillas en la cama.
Así es ella la que coloca el pene en su entrada vaginal y cuando nota el pene
en contacto con el himen, desciende sobre él haciendo una presión gradual y una
introducción lenta guiada por sus sensaciones.
Si ella prefiere que sea él quien la penetre, se
pondrán en la postura del misionero, ella tumbada boca arriba y el hombre
encima. En ese caso el será quien hará un avance lento y gradual hasta que el
himen ceda a la presión.
En todo caso es importante la colaboración y
comunicación entre los dos.
3.2 ZONAS EROGENAS EN LA MUJER:
Por lo general, las mujeres disfrutan de ser
acariciadas y tocadas sensualmente en toda la extensión de su cuerpo. Mucho
mejor si este contacto es deliberadamente lento y erótico, como si se fueran
despertando y encendiendo progresivamente todas las zonas de su cuerpo. Para
algunas mujeres, este tipo de contacto es necesario antes de proceder a la penetración,
ya que es la manera más efectiva para que ella logre una adecuada lubricación y
un buen nivel de deseo hacia el encuentro sexual.
El cuerpo de la mujer es muy sensible al tacto, tal
vez porque desde la infancia nos estaba permitido abrazar y tocar a los demás
en muestra de cariño y afecto. La mujer puede sentir exquisitas
sensaciones de una forma sensual, o como parte de la experiencia
sexual. Tanto ella como su amante se beneficiarán al conocer cuáles son las
principales zonas erógenas femeninas, aquellas áreas sensibles a la
estimulación sensual y erótica.
Descubre una a una las principales zonas
erógenas femeninas. Recuerda acariciar de manera alternada cada
una de ellas para lograr una extraordinaria experiencia de placer, y ten en
cuenta que en general las mujeres gustan de ser acariciadas de forma mucho más
suave que los hombres:
Rostro: Todo el rostro es sensible al tacto, a los besos
suaves y húmedos, y a las caricias tiernas y sensuales. Dibuja con tus manos
todo el contorno del rostro de la mujer amada, besa sus párpados, acaricia su
nariz y mentón. Será un momento inolvidable para ti y para ella.
Cabello: Al igual que en
el hombre, la zona del cuero cabelludo es altamente sensible a un
suave y acariciante masaje, que relajará y vitalizará a la persona que lo
reciba.
Un buen preludio para continuar más adelante con
caricias un tanto más eróticas.
Boca: Los labios femeninos son poderosos receptores de
sensaciones. Desde una caricia muy sutil hasta un beso intenso y apasionado,
los labios son capaces de percibir las variaciones en la emoción y la energía
que se crea entre la pareja. Según la sabiduría delTantra, besar el labio superior de la mujer es clave, ya que
esta zona tiene una conexión directa con la zona genital, y por ello, despierta
la excitación sexual de manera sutil y efectiva. Por otro lado, la parte
interna de la boca y la lengua también es un área que merece ser explorada a
través de distintos tipos de besos.
Manos: Las manos en toda su extensión son un centro lleno de
terminaciones nerviosas, para dar y recibir caricias y afecto. Los besos
apasionados en la palma de la mano, así como lamer o chupar los dedos son
muestras de elevado erotismo. Este último tipo de caricia será más aceptada
cuando el nivel de excitación de la mujer sea alto.
Orejas: Muchas mujeres gustan de caricias en las orejas, las
que serán especialmente poderosas si van acompañadas de palabras sensuales y
apasionadas. Besa toda la zona externa con suavidad, mordiendo con delicadeza
el borde y el lóbulo de la oreja. Cuando el momento sea mucho más apasionado,
agrega susurros o gemidos, e introduce tu lengua en la abertura de la oreja, a
modo de preludio de la ansiada penetración vaginal.
Cuello: El cuello es una clásica zona erógena en las mujeres,
quienes son sumamente sensibles a caricias con las manos y besos en esta área.
Si te sientes más apasionado, puedes intentar succionar suavemente el cuello,
ya que esto despierta sensaciones eróticas muy profundas en algunas mujeres.
Para ello, inspírate en la fascinación sensual que genera un atractivo y
sufrido vampiro en muchas féminas.
Espalda: ¿Quién no recuerda una imagen tan sensual como una
mujer con un hermoso vestido que deja su espalda al descubierto, o saliendo de
la ducha envuelta en una toalla que deja ver esta atractiva zona? Prolonga las
caricias desde el cuello, y sigue por la espalda, llenándola de besos suaves y
húmedos, hasta llegar a la parte baja de la espalda. Puedes agregar suaves y
delicados masajes, muy sutiles por toda la espalda, para mantener el contacto
sensual. No se recomiendan los masajes muy fuertes, ya que ahuyentan la
cualidad erótica del momento.
Senos: No sería desacertado decir que los senos significan
para la mujer, lo que el pene para un hombre. Son el distintivo externo y
visible de su feminidad. Son además, órganos muy sensibles, polos
electromagnéticos que irradian energía, afecto y sensualidad.
Acariciar los senos activa la energía sensual y sexual de la mujer, y permite
que el orgasmo ocurra de manera más fluida. Comienza acariciando los senos con
amor, ternura y delicadeza, sintiendo su textura y tibieza, y disfrutando de su
cercanía. La zona lateral que corre junto a los senos, desde las axilas y hacia
abajo por las costillas, es también altamente sensible a caricias sensuales.
Los pezones pueden ser tocados, acariciados, lamidos y succionados con
distintos grados de intensidad, dependiendo del gusto de tu
pareja. Deja para los momentos de intensa pasión sexual los toques
fuertes en los pezones, ya que en ese momento son capaces de resistir muy bien
caricias más rudas.
Cintura, caderas y abdomen: Toma entre tus brazos su cintura, luego desliza tus
manos lentamente hacia sus caderas sintiendo y dibujando cada una de sus
curvas. Ella podrá percibir lo que tú estás sintiendo durante ese movimiento.
Besa su ombligo y traza pequeños círculos alrededor, dejando para los momentos
de más pasión el introducir tu lengua en él. Acaricia con manos y lengua su
vientre, sin llegar a tocar sus genitales aún.
Glúteos: Suaves
y redondeados, firmes o caídos, los glúteos femeninos también ejercen
fascinación entre los hombres. Y los de ellos entre nosotras. Son una
importante zona erógena capaz de recibir por igual caricias suaves e intensas.
Una traviesa nalgada o un pellizco suave puede ser muy sexy, si es dada en el
momento y lugar oportunos. Recuerda acariciar con sensualidad la sensible zona
baja de los glúteos, donde se une con los muslos, muy a menudo olvidada por
otras zonas más convexas.
Piernas y muslos: Las piernas y muslos en toda su extensión de
extremidades eróticas, un camino que lleva a los placeres de la intimidad
femenina. Recorre las piernas con caricias y besos suaves. Los tobillos,
pantorrillas, zona detrás de las rodillas (corvas) y área interna de los muslos
son altamente sensibles. Tómate tu tiempo con las piernas y no corras todavía
hacia los genitales, tu pareja lo disfrutará a plenitud.
Pies: Los pies merecen también toda tu atención. Comienza
por acariciarlos, besarlos y masajearlos por el lado superior y luego por el
inferior. Acaricia los dedos, apreciando sus diferencias y formas, mientras
este masaje estimula a tu pareja. Al final chupa sus dedos, en especial el dedo
gordo, en un acto de erotismo más apasionado, mientras la miras a los ojos con
deleite.
Vulva: Los genitales
externos de la mujer, sus labios mayores y menores, están
repletos de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas llenan de excitación
sexual esa zona. Acaricia con tus manos y descubre áreas inexploradas entre los
pliegues propios de cada mujer, tan distintos en unas y otras como las huellas
digitales. Besa y acaricia con
tu boca y lengua cada región y espacio, disfrutando del olor y
sabor de tu pareja.
Clítoris: El clítoris es
un órgano cuya única finalidad es el placer, y es capaz por sí mismo de generar
el orgasmo en la mujer. Lleno de múltiples terminaciones nerviosas, es muy
receptivo a un contacto suave o más intenso con las yemas de los dedos, y
también a un húmedo y sensual contacto con la lengua. Puedes trazar círculos y
otros movimientos sobre el clítoris sin replegar el capuchón que lo recubre, ya
que descubrir por completo el clítoris puede generar sensaciones desagradables
o dolor en algunas mujeres. Mientras acaricias el clítoris de tu pareja, vayan
comunicándose de manera verbal o no verbal para saber qué es lo que ella
necesita y le agrada.
Vagina: La vagina también
es un órgano sensible, aunque en muchas mujeres la sensibilidad vaginal pudiera
está algo “adormecida”, probablemente porque se centran más en las sensaciones
que les aporta su clítoris. Sin embargo, la investigación realizada por Barry
Komisurak y su equipo de trabajo, mostró que tanto la vagina como el
clítoris – cuando son estimulados sexualmente – generan efectos en las zonas de
placer del cerebro, cada uno en una región distinta. Por ello, acariciar la
vagina es importante, ya que su estimulación también conduce al orgasmo. La
vagina es sensible en muchos puntos, aunque los más conocidos son el primer
tercio de la pared anterior – punto G –
y el área del fórnix anterior – zona AFE – ubicada en la pared anterior de la
vagina, junto al cuello uterino.
Para acariciar la vagina, utiliza tus dedos (limpios y
con las uñas cortas para evitar contaminar con alguna infección esta delicada
zona), un juguete sexual o, mejor aún, el pene. Es posible ir sensibilizando la
vagina y a la vez, despertar nuevas sensaciones en ella durante la relación
sexual y mediante la utilización de distintas
posiciones y ángulos de penetración.
Muchas de estas sensaciones pueden ser nuevas y desconocidas, inclusive para
una mujer con años de vida sexual, tal es la magia de la sexualidad.
¿Sabes
cuáles son las partes del cuerpo de
la mujer más sensibles y
las que alcanzan mayor excitación sexual?
Quizá respondas que sí, sin embargo, no todas las zonas que piensas responden
igual ante una caricia u
otro estímulo.
Un estudio elaborado
por científicos canadienses y
publicado en la revista Journal of Sexual
Medicine afirma que
ciertas partes del cuerpo no responden igual ante el contacto. Ellos te dicen
cuáles son las zonas erógenas de la mujer que se estimulan con una
caricia.
MÁS QUE UNA CARICIA
Para disfrutar con mayor intensidad el placer de
un roce, el cuello, antebrazo, así como la zona cercana a la vagina son
las partes más sensitivas, confirma el estudio elaborado en Canadá.
El cuello, antebrazo, así como la zona donde inicia la vagina son más
sensibles a una caricia.
Aunque las zonas que rodean el clítoris y pezón también tienen una
respuesta más satisfactoria pero ante las vibraciones o presión, mientras que los pechosy abdomen son sensibles a
estos estímulos en menor medida.
El cuerpo tiene
numerosas zonas sexualmente estimulantes,
desde loshombros hasta el interior de
los muslos y la cadera, sin embargo, la
intensidad de erotismo que siente una mujer con una caricia, presión y vibración varía de acuerdo a
estas zonas.
Lo que este nuevo estudio aporta es que la excitación
en las zonas erógenasde una mujer
depende en la forma en que se estimula,
aunque se sabe que estas responden porque están conectadas a terminaciones nerviosas, así como
con estímulos mentales.
ZONAS
MÁS ERÓGENAS DE LA MUJER DE ACUERDO CON LAS INVESTIGACIONES:
1.
Clítoris
2.
Vagina
3.
Labios
4.
Cuello
5.
Pechos
6.
Pezones
7.
Parte interna de los muslos
8.
Nuca
9.
Orejas
10.
Perineo
Laurie Watson, autora del libro Wanting
Sex Again, afirma que se puede lograr un encuentro sexual intenso y apasionado
siempre cuando estas zonas se estimulen delicadamente. De hecho pueden ser el
preámbulo para alcanzar un verdadero orgasmo
3.3 LA MASTURBACION
FEMENINALa masturbación femenina es
uno de los temas sobre el cual hay una gran cantidad de mitos, los cuales
limitan a la mujer y le prohíben conocer mejor su cuerpo y disfrutar más de su sexualidad. Para eliminar estos
mitos sobre la masturbación femenina, Salud180.com tiene cinco
datos importantes que sin duda te sorprenderán.
1. De acuerdo al portal Huffingtonpost.com, la masturbación femenina se define como la capacidad que tiene toda mujer de provocarse placer por sí misma a través de la estimulación de sus órganos sexuales o zonas erógenas. Es una forma de liberar el estrés y conocer su cuerpo.
2. Para masturbarse hay que tener creatividad, los especialistas recomiendan usar juguetes sexuales para estimular el clítoris, la vagina o el ano. Incluso, hay juguetes que estimulan todas las áreas al mismo tiempo lo que potencializa el placer.
3. La masturbación femenina deja de ser saludable cuando se convierte en una adicción o cuando se antepone a la intimidad en pareja.
4. Funciona como terapia en casos de anorgasmia, vaginismo (contracción de los músculos vaginales) y retardación del orgasmo, ya que algunos médicos recomiendan la autoestimulación antes de la penetración para que las mujeres vayan conociendo sus genitales y las sensaciones sexuales.
5. El tener pareja no significa que una mujer no
practique la autoestimulación. Uno de los beneficios es que al conocer su
cuerpo y sus reacciones sexuales podrá disfrutar más de la estimulación sexual
en pareja, y dirigir a su pareja a las estimulaciones que provocan sensaciones
sexuales altamente placenteras.
Libérate de culpas y prejuicios que no te dejan disfrutar
de tu sexualidad. La mujer tiene derecho a conocer su cuerpo, sus reacciones
sexuales y a disfrutar de su propia intimidad.
BIBLIOGRAFIA:
- Navarro, M. y R. Stimpson, C. (1984). Sexualidad género y roles sexuales. México. Editorial: Fondo de Cultura Económica.
- Dr. F. Caballero, Juan. (1982). La pareja moderna y el sexo. Argentina: Ed. Interamericanas. Editorial: S2//7afeliz.
- Vargas, V. (2009). La mujer y el placer sexual. Ed. CONEISA. Foro Social Mundial Social-Nairobi. FUNDACIÓN DESAFÍO.
- CASTAÑO R., PALACIOS S. (2009) Comprender la sexualidad femenina Editorial Amat. Barcelon.
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